Abstract
Salvo excepciones muy contadas durante las últimas cuatro décadas, el gobierno mexicano descuidó o abandonó la misión medular que les corresponde ejercer a los medios de comunicación de Estado en el fortalecimiento del proyecto de comunicación de servicio público, pero apoyó desmedidamente al modelo privado de difusión comercial, especialmente monopólico. Esta tendencia fue provocada, entre otras, por seis principales circunstancias.