Abstract
Después de 79 años de existencia de la radio y de 59 años de actuación de la televisión en México, existe un orden comunicativo anacrónico, desigual e injusto en el país, contrario al espíritu básico de la Constitución Política mexicana. Por ello, a principios del siglo XXI es indispensable crear un nuevo orden comunicativo nacional, a través de una reforma jurídica moderna que regule el funcionamiento de los medios de información colectivos, especialmente los electrónicos y las telecomunicaciones. Dicho nuevo orden comunicativo se debe caracterizar por reconocer y defender principios fundamentales.